Gimnasios para Niños.

20.07.2009 18:58

 GIMNASIOS PARA NIÑOS, NUEVO ANTÍDOTO CONTRA LA OBESIDAD INFANTIL

 

 Del 7% al 16% es el crecimiento de la obesidad infantil en EEUU en los últimos 25 años

 

Hasta ahora las pesas, las flexiones y las bicicletas estáticas eran palabras del mundo de los adultos, pero la imparable plaga de obesidad entre la infancia de EEUU ha desatado la fiebre por los gimnasios sólo para niños.

 

Y es que el porcentaje de niños de entre seis y once años que tienen sobrepeso en EEUU ha pasado del 7 por ciento en 1980 a un 16 por ciento hoy en día, según datos de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC).

 

Cuando Tonya Manago se dio cuenta de que su hija de seis años llevaba el camino hacia el sobrepeso que ya sufre uno de cada seis niños en EEUU, decidió pasar a la acción y poner en marcha el gimnasio "Youth Visions" en Upper Marlboro (estado de Maryland).

 

 

Dejó su trabajo como asistente de un abogado, empeñó hasta su último centavo y, junto con su hermana Keitha, abrió el centro de entrenamiento en otoño del año pasado.

 

Muchos niños del "Youth Visions" no son simples "gorditos"; tienen verdaderos problemas de obesidad.

 

Manago se conmueve cuando cuenta la historia de Lisa, una adolescente que llegó al gimnasio con 118 kilos y en apenas unos meses había adelgazado quince.

 

"Lisa vino con el espíritu roto y una total falta de autoestima. Ahora se sorprende cuando mira su cuerpo y ve cómo ha cambiado", relató Manago a Efe.

 

A veces la evolución es tan sutil como la de un niño que al llegar no era capaz de hacer un abdominal, pero acabó consiguiendo hacer diez, lo que él mismo interpretó como un triunfo de su fuerza de voluntad y espíritu de superación.

 

Al igual que "Youth Visions", en todo el país han brotado recientemente gimnasios dedicados en exclusiva a los menores, que, además, en muchas ocasiones ofrecen programas "después de la escuela" en los que se supervisa su tarea escolar.

 

Las franquicias se ha hecho con una porción importante del negocio, como es el caso de JW Tumbles, una compañía con presencia en el sureste asiático y México.

 

Estos centros son gimnasios al uso, con máquinas y ejercicios similares, pero con ciertas peculiaridades que los hacen más apropiados para el uso infantil.

 

Por ejemplo, el tamaño de las pesas que levantan los niños suele permanecer oculto para que entre ellos no surjan competencias.

 

En otras ocasiones, se trata de lugares más modestos, con un equipamiento "doméstico", como denomina Bett Disorbo a las instalaciones de su gimnasio "A Kids Gym", en Oviedo (estado de Florida).

 

Este centro, para edades comprendidas entre los seis meses y los 16 años, abrió hace apenas un año y recibe a menores desde la mañana hasta la noche.

 

"Damos mucha importancia a la nutrición, impartimos charlas a los niños y les enseñamos a comer bien y variado", destaca Disorbo a Efe.

 

Jorge Gómez, profesor de Pediatría de la Universidad de Texas en San Antonio, destacó en declaraciones a Efe que en EEUU hay más niños inscritos a deportes en sus colegios que nunca, pero no basta con esto.

 

"El ejercicio es muy importante, pero la dieta lo es aún más. Eso es lo que hay corregir primero en un niño obeso", dijo el profesor, quien además destacó "la seguridad" de los gimnasios y del equipamiento que normalmente utilizan.

 

"Los padres que meten a sus hijos en un gimnasio tienen buenas intenciones, pero a los niños hoy en día les falta el juego en la calle, en los patios, que ha desaparecido por los vídeo-juegos y la televisión", señaló Gómez.

 

Precisamente, una de las prioridades de estos gimnasios es recuperar el espíritu de los juegos callejeros y enseñar a los pequeños a disfrutar de un ocio más físico.

 

Manago lo ilustra con una anécdota muy elocuente: un niño aprendió a saltar a la comba en su gimnasio durante el verano y, de regreso al colegio, se convirtió en la auténtica "estrella" entre sus compañeros por su recién adquirida habilidad.

 

En "Youth Visions", después de hacer los deberes, los niños hacen ejercicios de calentamiento durante diez minutos, tras lo que completan un circuito de una hora y estiran músculos otros diez minutos.

 

Como guinda final, tiempo libre para seguir con las pesas o jugar un poco al baloncesto.

 

Probablemente ninguno de estos niños acabe convertido en el próximo Arnold Schwarzenegger, pero a buen seguro que en su autoestima y su calidad de vida podrán notar la diferencia

 

Fuente: EFE