BREVE INTRODUCCIÓN AL ENTRENAMIENTO MENTAL EN DEPORTE

27.07.2009 11:52

 

 

BREVE INTRODUCCIÓN AL ENTRENAMIENTO MENTAL EN DEPORTE

 Autor: Lic. Marcela Claudina Volpi

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En la práctica deportiva existen diversas variables (físicas, técnicas, tácticas, psicológicas), que se deben tener en cuenta para la mejora del rendimiento deportivo. Sin embargo, para poder intervenir en las mismas es necesario conocer en profundidad la modalidad deportiva, puesto que, bajo el nombre de natación, se engloban diversas pruebas deportivas cada una condicionada por diferentes capacidades.

 

La natación es uno de esos deportes que se ve influenciado por innumerables parámetros y gracias a ello, las formas de intervención para su perfeccionamiento son muy diversas. La mayoría de los estudios llevados a cabo hasta este momento se han centrado principalmente en:

 

- La mejora técnica, a través de ejercicios específicos con el fin de que el nadador ejecute un gesto técnico eficaz y eficiente.

 

- La mejora física, mediante el entrenamiento tanto en agua como en seco con el objetivo de aumentar la capacidad física del nadador.

 

- La mejora y diseño de implementos e instalaciones acuáticas que favorecerá las acciones del nadador en el medio acuático.

 

 Hoy en día las investigaciones en el campo de la natación están siendo orientadas a la búsqueda de las mejores sensaciones corporales en el agua y a la percepción de las mismas por parte del nadador.

 

Debemos ser conscientes de las limitaciones que supone permitir que un nadador se lance desde la plataforma de salida ó se impulse desde la pared del vaso y empieza a nadar sin saber lo que está haciendo y sin sentir el agua en su cuerpo.

 

Tanto éste como otros objetivos que muy bien refiere en su artículo "La sensibilidad: un factor determinante en el desarrollo de la natación" de Emerson Ramírez Farto y José María Cancela Carral, pueden ser desarrollados por el deportista con un buen planteo de objetivos de trabajo y un buen entrenamiento mental.

 

Las técnicas psicológicas creadas por el psicólogo especializado son beneficiosas. Se deben hacer proyectos posibles y adecuados a sus posibilidades para que estas estrategias sean llevadas a cabo de forma integrada junto con el entrenador, el equipo médico con todos los especialistas y con el deportista.

 

Es para esto necesario hacer un plan de trabajo que se va adaptando a todas las demandas y las situaciones que surjan.

 

En este caso es fundamental que el entrenador comprenda que es una ayuda trabajar con un psicólogo especializado en deportes ya que sus tareas se complementan; como puede ser con "intervenciones indirectas" a partir del asesoramiento por parte del psicólogo al entrenador, fisioterapeuta, médicos y directivos, padres y todas las personas relevantes en el entorno del deportista de la forma que con ésto, sumado a la "intervención directa" con el deportista, permita alcanzar el estado psicológico óptimo necesario.

 

Los puntos más importantes del rendimiento deportivo:

         Motivación

         Confianza

         Concentración

         Control de presiones

         Entrenamiento mental

Desde la Psicología del deporte, es posible encontrarle viabilidad a dicha cuestión, planteando un modelo de intervención y de trabajo, comenzando por lo primero que hay que tener en cuenta desde que se comienza a trabajar con el deportista a partir de la primera entrevista, comenzando por la motivación y por ende la auto confianza.

 

La psicología de la motivación se interesa por la cuestión del origen, dirección y persistencia de la conducta. Cabe marcar la diferencia entre motivo y motivación.

 

Los motivos, definido como las razones para hacer algo, son características relativamente estables que inducen a una persona a iniciar determinadas actividades. Se vuelven activas bajo circunstancias específicas o se realizan en la conducta.

 

La motivación se relaciona con el estado del organismo al que se considera responsable de la realización de una determinada actividad en un punto preciso del tiempo. Tal estado del organismo es una combinación de factores personales (internos) y de situación (externos).

 

Cuando los motivos son realizados se habla de motivación.

 

La motivación del deportista para el rendimiento o para sobresalir depende no sólo de su motivo de rendimiento, sino también de la reputación de sus oponentes y del interés público de la competición.

 

Se establece una íntima relación entre motivo, objetivos y valor de las acciones en relación con los objetivos planteados. Es por esto que es muy importante no olvidar para lo que forma parte del entrenamiento mental, que el éxito en la competición deportiva o en la simple realización del deporte, depende en parte de dos factores que, a mi modo de ver, son fundamentales a trabajar: la destreza (tomada como fuerza y resistencia) y la motivación (actitud mental, confianza). Esta última, que como psicólogos del deporte nos compete, y que debemos trabajar con el entrenador, depende en gran parte del establecimiento de objetivos.

 

Los objetivos mantienen a cada deportista dedicado a aquello que se propuso. Estos guían al deportista y deben ser lo suficientemente altos para motivar, aunque no deben ir más allá de la realidad, o sea deben ser realizables. Es importante saber que:

 

         Los objetivos difíciles de alcanzar y específicos conducen a un mejor rendimiento que los vagos y difíciles de conseguir.

         Los objetivos a corto plazo facilitan la consecución de los de más largo plazo.

         Los objetivos modifican el rendimiento influyendo en el esfuerzo, la persistencia, la dirección de la atención y motivando el desarrollo de estrategias.

         Para que este establecimiento de objetivos funcione es necesario la retroalimentación respecto al progreso logrado, o sea que demuestre el grado de progreso en relación con el objetivo.

         Y fundamental, para que los objetivos modifiquen el rendimiento, deben ser asumidos por el deportista.

         

El compromiso del deportista se verá modificado si se le pide al mismo que acepte el objetivo pidiéndole su participación en el establecimiento del mismo, en el entrenamiento, en la selección de los incentivos y las recompensas.

 

 Para llegar al planteo de metas u objetivos, es de suma importancia saber qué es lo que le resulta intrínsecamente motivante a este deportista en particular de la actividad que el realiza (sea amateur o profesional). Sabemos (o por lo menos es lo esperable) que gran parte de la actividad humana se realiza por el placer que supone o por el interés que su ejecución conlleva. La propia actividad constituye el premio y es también objetivo en sé mismo y no un medio para un fin específico. Esto es lo que se debería lograr con los deportistas ya que las conductas intrínsecamente motivadas son aquellas que una persona acomete para sentirse competente, autodeterminarte y cuyo valor radica en la propia conducta.

 

Pero, tras el logro del objetivo del deportista, subsiste la necesidad de sentimientos de competencia, en contacto con la conducta extrínsecamente motivada en alcanzar el premio, el cuál generalmente no determina la saciedad del deportista.

 

Señalo, a modo de ejemplo, algunas estrategias para desarrollar habilidades psicológicas en la actividad deportiva:

 

Evaluación adecuada para tener la posibilidad de auto-registro deportivo diario y auto-evaluación, es decir, verificar lo que se domina y lo que se debe de aprender, sin tener que esperar al día de la competición.

         Registrar los errores y fracasos para establecer un plan de reducción de los mismos (promedios de error)

         Comunicación fluida y constante, por parte del entrenador, para corregir errores y alentar los éxitos, esto motiva y potencia el aprendizaje en la medida que la información es objetiva y positiva (feedback positivo).

         Utilizar modelos significativos y competentes que muestren a los deportistas conductas que resulten eficaces.

         Exigir según las habilidades del deportista

         Percepción de control de la situación

         Refuerzos adecuados, reconocer los éxitos en las tareas bien realizadas, presentar tareas que estén en el nivel óptimo de realización, con relación al nivel de habilidad del deportista, reconocer el esfuerzo, la superación constante, alabar, mostrar confianza y hacer Profecías Auto cumplidas Positivas (Pigmalión Positivo).

         Proponer tareas posibles y alcanzables, haciendo énfasis en potenciar y evaluar capacidades transferibles a situaciones nuevas y analizar los criterios de relevancia antes de proponer los objetivos al equipo.

         Proponer objetivos de realización, ya que están bajo el control del deportista y fomentan el auto concepto, la auto-estima y la motivación intrínseca.

         Suscitar interés destacando las relaciones de transferencia y utilidad de lo que se está practicando para la mejora personal, profesional y social.

La motivación intrínseca es una forma positiva de que el deportista esté motivado ya que los sentimientos de aptitud y el interés persisten en él. Si sólo está extrínsecamente motivado, el interés desaparece con el premio. Un reforzamiento externo creciente llevará a una persona a percibir su conducta como sometida al control del reforzamiento y ello determina a su vez una disminución en la motivación intrínseca. Una posible explicación de ésto es cuando se dispone de dos causas posibles de una conducta (es decir interna como motivación y externa como gratificación) y cada una es suficiente para producir la conducta. Cuando el deportista otorga prioridad a una sobre la otra es el llamado "principio de rebaja" que tiene sus orígenes en la teoría de la atribución (por ejemplo el deportista "rebaja" la importancia de los factores internos en el grado en que los externos basten para causar la conducta). Esto supone por parte del deportista "un análisis causal bastante complejo". La teoría de la atribución se interesa por el modo en que las personas perciben, interpretan y tratan la información asociada con su propia conducta y con la de los otros. Esto indaga directamente la auto-percepción como persona competente, la auto-confianza, la autoestima, el sentimiento de auto-eficacia del deportista.

 

Para algunas situaciones, propongo la utilización de técnicas cognitivas para lograr una reestructuración cognitiva, ya que estas técnicas proporcionan procedimientos específicos (identificación y monitoreo de pensamientos automáticos disfuncionales, reconocimiento de la conexión entre pensamientos, emociones y conductas, evaluación de la racionabilidad de los pensamientos automáticos, sustitución de las inferencias automáticas disfuncionales por interpretaciones más razonables e identificación y modificación de los supuestos disfuncionales implícitos), para identificar y modificar el paradigma personal de nuestro deportista. Cuando descubre la construcción de la realidad se motiva para centrarse en los acontecimientos reales y en los significados que les atribuye, pudiendo éstos adquirir un significado nuevo concordante con la realidad y abierto al tipo de satisfacciones y objetivos que persigue.

 

La cognición es un pensamiento o una imagen de la que no se es conciente a no ser que se le preste atención. Es por eso que el mejor punto de partida es el pensamiento del deportista para lograr una reestructuración cognitiva de la autoestima “desarmando la autocrítica", personificándola, exteriorizar la voz acusadora. Al mismo tiempo que se identifica y nombra la crítica patológica se puede empezar a introducir una voz sana atribuyendo la responsabilidad a quien verdaderamente le corresponde, no liberándolo completamente de responsabilidades si no definir los múltiples factores que pueden intervenir.

 

La modificación cognitiva a través de la modificación conductual se puede realizar con entrenamiento en acertividades y técnicas de role playing pudiendo ser utilizadas para mostrar un punto de vista alternativo o para elucidar los factores que intervienen con la expresión de las emociones.

 

Entonces el orígen de la motivación intrínseca no depende sólo de las propiedades colativas que poseen determinadas situaciones u objetos, sino de una adecuación equilibrada entre competencia del deportista y reto implicado en la tarea.

 

Cuando los retos superan las competencias individuales del deportista se genera un estado de ansiedad y estrés por exceso de dificultad y si las habilidades del deportista superan los retos éste se mostrará aburrido y poco motivado.

 

Para tratar estos temas con el deportista propongo, tomando la teoría de la inteligencia emocional (definida según Góleman como "la capacidad de establecer contacto con los propios sentimientos, discernir entre ellos y aprovechar este conocimiento para orientar nuestra conducta, y la capacidad de discernir y responder adecuadamente a los estados de ánimo, temperamento, motivaciones y deseos de los demás"), las siguientes habilidades para desarrollar, reforzar y trabajar con el deportista:

         Conocimientos de las propias emociones, autoconciencia o sea reconocimiento de los sentimientos de la cual dependen la conciencia emocional (identificación de las propias emociones y los efectos que pueden tener); correcta autovaloración (conocimiento de las propias fortalezas y limitaciones); auto confianza (sentido fuerte del propio valor y capacidad).

         Control de las emociones, autocontrol que permite controlar la expresión de los sentimientos y emociones y adecuarlos al momento y lugar. De ésto depende el autocontrol (permite mantener vigiladas las emociones perturbadoras, impulsos y diferenciación de la gratificación); control del estrés (mediante técnicas de relajación mente a cuerpo o cuerpo a mente y respiración diafragmática); adaptabilidad (flexibilidad en el manejo de las situaciones de cambio).

         motivación, cuando se sabe lo que se quiere conseguir y cómo conseguirlo, o sea, fijar los objetivos y diferenciarlo de los deseos. Control de la relaciones (destreza social) facilita el entendimiento con los demás, comportarse de acuerdo a normas sociales, expresar de forma correcta opiniones y sentimientos sin ira ni pasividad, y desarrollar el sentido del humor.

Recursos para el desarrollo de estas habilidades pueden ser la técnica de role-playing que a través de la dramatización se escenifican situaciones específicas a modificar o a desarrollar. También la música es un estímulo apropiado para producir estados emocionales a trabajar como ser miedos, ansiedad, inseguridades, ya que estas emociones dependen directamente de las percepciones que tiene el deportista con respecto al medio (por ejemplo, como mencionamos más arriba, cuando la demanda del medio supera las destrezas del deportista, sobreviene la respuesta de estrés). Además, a las emociones se las considera multidimensionales caracterizadas por cuatro elementos: cognitivo, fisiológico, funcional (hacia dónde dirige la conducta cada emoción) y expresivo (a través de qué señales corporales se manifiesta).

 

Y por último propongo el uso de la imaginación, mediante técnicas de visualización, siempre después de una sesión de relajación y enseñanza de respiración diafragmal.

 

Técnicas de relajación:

Sirven fundamentalmente para que el deportista conozca su cuerpo y sus estados ante diferentes situaciones y sensaciones y que se reconozca en ellos. La mayoría desconocen cuándo sus músculos están activados normalmente o sobre activados de forma crónica. Hay dos tipos:

         percepción desde los músculos a la mente.

         relajación progresiva de Jacobson, la tensión muscular y la relajación son estados incompatibles. Esta técnica instruye progresivamente a tensar y relajar alternativamente los grupos importantes de músculos aprendiendo las sensaciones asociadas a la tensión y la relajación.

         Es importante enseñar las dos técnicas, así el deportista aprenderá a verse y sentirse de acuerdo a su modalidad ya sea visual o cenestésica.

Las teorías psiconeuromusculares comparten el presupuesto de que existe una equivalencia funcional, a nivel del sistema nervioso, entre realizar una acción e imaginarla, de tal modo que al imaginar una acción se desencadenan impulsos nerviosos en las fibras motoras implicadas en el movimiento real, generándose unos patrones neuromusculares mínimos detectables mediante electromiogradía.

 

Los eventos y situaciones imaginados con viveza inervan los músculos de una forma parecida a como lo hace la práctica física. La visualización mejora técnicas, facilita el aprendizaje y mejora el rendimiento, colabora en la recuperación de lesiones y mejora la táctica, así como también aporta al desarrollo de la autoestima y de seguridad en sí mismo.

 

Aplicaciones:

 

Desarrollo de destrezas físicas

         mejora técnica

         mejora táctica

Desarrollo de destrezas psicológicas

         control cognitivo

         control emocional

         control atencional

         desarrollo de la auto confianza

         establecimiento de metas

         control de la activación

         rehabilitación psicológica de deportistas lesionados

Lesiones

         ensayo visual de afrontamiento

         ensayo emocional

         ensayo corporal

Para terminar me parece pertinente destacar, coincidiendo con las palabras del Dr.Luis Gustavo González Carballido, quien afirma que "el atleta no es un paciente, no es un neurótico, es una persona normal que no sabe que necesita de la psicología deportiva para mejorar destrezas, habilidades, superar obstáculos, etc.". Nosotros como psicólogos deportivos lo vamos a ayudar a desarrollar capacidades, por eso se es psicólogo y pedagogo a la vez, se es educador y no clínico, y nuestro trabajo consiste básicamente en enseñar la habilidades psicológicas necesarias para que pueda enfrentarse con mayores recursos a las situaciones de competición deportiva.

 

Se trabajarán dichas habilidades y será el propio deportista el que las utilice en los momentos que lo valore necesario.

 

Bibliografía consultada:

         Aarón T. Beck; A. John Rush; Brian F. Shaw; Gary Emery "Terapia Cognitiva de la Depresión" Editorial Descleé de Brouwer.

         Joan Riera; Jaume Cruz   "Psicología del deporte. Aplicaciones y perspectivas" Editorial Martínez Roca

         F. C. Bakker; H. T. A. Whiting; H. Van Der Brug   "Psidcología del deporte. Conceptos y aplicaciones." Ediciones Morata.

         Barberá Heredia Ester "Modelos explicativos en Psicología de la motivación" Revista electrónica de Motivación y Emoción volúmen 5 número 10.

         Dr. Luis Gustavo González Carballido "Una aproximación práctica a la psicología del deporte" Efdeportes.com.

         W. Sacco; A. Beck "Teoría y Terapia Cognitiva"

         Eduardo Keegan "Tratornos de ansiedad: la perspectiva cognitiva" Artículo

         Lic. Begoña Ibarrola L. De Davalillo "Educar con inteligencia emocional" Ediciones SM (conferencia).

         Lic. Marcelo Roffé "Psicología del jugador de fútbol. Con la cabeza hecha pelota" Ensayos, teorías, experiencias. Lugar Editorial

         Matthew McKay; Patrick Fanning "Autoestima. Evaluación y mejora" Editorial Martínez Roca

         Isabel Balaguer; Andrés Palomares y José F. Guzmán "La Auto confianza/ auto eficacia en el deporte"

         Robert Weinberg; Daniel Gould "Comprensión de la Motivación" Fundamentos de psicología del deporte y el ejercicio físico Cap. 4 Editorial Ariel Psicología

         Roffé; Fenili; Giscafré "Mi hijo el Campeón. Las presiones de los padres y el entorno" Lugar Editorial.

Lic. Marcela Claudina Volpi

U.B.A. MN 37330

Licenciada en Psicología especializada en Deporte.

Integrante de la comisión Medicina y Psicología del deporte de la Federación Argentina de Triatlón (FAT).

Psicóloga del Centro de entrenamiento ACUMEN.

Deportista.

Cel 1550430745

marcelacludinavasc@fibertel.com.ar

mvolpi@acumensport.com